Una compañera me decía el otro día muy indignada: “Ésto no lo vamos a poder parar. La mayoría de los interinos que van a perder su trabajo ni vienen a las manifestaciones ni demuestran interés por luchar ante los recortes. Y, si no somos much@s l@s que nos organizamos, y presionamos a las administraciones, éstas van a seguir recortando y degradando lo público”
El desánimo se instala entre la gente comprometida a veces. Y, lo peor, es muy contagioso. Hay una tendencia natural a darse por vencido demasiado pronto. Personalmente soy de los que piensa que muchos pequeños grupos con ganas, compromiso, con los objetivos claros y con imaginación, cambian día a día las cosas. Miles de luchas vecinales y laborales de los últimos años lo atestiguan.
Por eso quiero escribir palabras de ánimo y fuerza a quiénes a veces se sienten derrotad@s e impotentes ante la que está cayendo y contribuir con ellas a que sigamos activamente demostrando que sí se puede, que cuando nos juntamos para luchar por lo común y no vemos resultados inmediatos, más que deprimirnos, debemos felicitarnos por el mero hecho de que coordinarnos y organizarnos haya sido posible.
Quizás no consigamos todos los objetivos que nos planteamos inmediatamente, pero no hay que olvidar que las luchas no se terminan y que sólo se pierde la lucha que se abandona.
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