El
punto de partida, la protesta contra los recortes y la LOMCE, una ley
que fortalece a la enseñanza privada y que se pliega a las
exigencias de los mercados y de la Iglesia, convirtiendo a la
educación en un negocio en vez de un derecho. Una ley clasista,
antidemocrática y discriminatoria, que perjudica claramente a los
más desfavorecidos. Una ley centralista, jerárquica, adoctrinadora
e involucionista que hace retroceder a la enseñanza a momentos
casposos de nuestro pasado. A nuestra reivindicación se añadía la
retirada del nuevo decreto de becas que viene a aumentar, aún más,
la brecha de privilegio en la que se está convirtiendo la educación
universitaria a causa de la subida de las tasas, así como la
readmisión en sus puestos de trabajo de nuestros compañeros y
compañeras interinos, víctimas de las políticas de recortes de las
distintas administraciones.
Queríamos
que fuese una jornada diferente, que arrastrase a la comunidad
educativa a nuevas formas de luchar, que fuese visible en las calles,
que aunase las voces de cuantos colectivos se implicasen. Y el
resultado fue extraordinario, superando nuestras mejores
expectativas. Miles de personas salieron a las calles en las
manifestaciones de Jerez, Sanlúcar, Algeciras y La Línea, pero fue
sin duda en la convocatoria de la Bahía de Cádiz donde el verde
tuvo un latido especial, pues mantuvo su ritmo continuado a lo largo
de toda la jornada, dejando en nuestras retinas momentos realmente
emotivos e inolvidables.
A
las 11 de la mañana, tras la lectura del manifiesto de bienvenida
partía, desde la Plaza de Jesús de Puerto Real en dirección a
Cádiz, una Marcha en defensa de la Educación Pública, bajo un
cielo gris y amenazador. Alrededor de un millar de personas
participamos en ella: miembros de todos los sectores de la comunidad
educativa –destacando la participación de alumnado y familias-;
organizaciones estudiantiles y sindicales; colectivos de
trabajadores -parados del metal, exdelphi o representantes de
Navantia-, a quienes se agradeció especialmente su apoyo y presencia
desde la organización, invitándoseles a ocupar un lugar destacado
en la cabecera de nuestra marcha, haciendo una sola voz de nuestras
legítimas luchas.
La
Marea Verde inundó las calles de Puerto Real, ocupó el CASEM a su
paso por la UCA donde, ante las puertas de una oficina del Banco de
Santander, arreció sus gritos: ¡Solo
hay un camino, compañeros y compañeras: el de la unidad! ¡La única
forma de detener los recortes sociales es uniendo nuestras fuerzas
contra la asunción de una deuda ilegítima que no nos pertenece,
contraída únicamente para salvar a los grandes banqueros y
capitalistas!...En
la Barriada del río San Pedro se unió más y más gente, y hasta el
sol se abría paso entre las nubes para acompañarnos. El momento más
emocionante de nuestra Marcha estaba esperándonos un poco más
adelante: los trabajadores de la Factoría de Navantia nos recibían
con un ensordecedor golpeteo de piedras sobre los quitamiedos de la
carretera, vestidos con sus monos de faena. Un afluente azul para
nuestro caminar verde. Los golpes llenaban de coraje nuestros ánimos
y de brillo la mirada de los más jóvenes. Y la de los menos
jóvenes, también. Portaban una pancarta en la que se leía:
“Educación pública, laica y gratuita “. Con gran regocijo de
los presentes y, en reconocimiento de sus movilizaciones, quemamos
juntos carteles contra el ministro Wert, mientras coreábamos gritos
que pedían “carga de trabajo para la Bahía”. Agradecimos su
apoyo mostrando una vez más que el único camino es el de la unidad
de todas las luchas y la fusión de colores de la clase trabajadora
(nuestros verdes y sus azules, el negro del metal…) Ramón Linares,
presidente del comité de empresa, en nombre de los trabajadores y
trabajadoras de Navantia, quiso mostrar “su
solidaridad en defensa de lo público y, especialmente de la
educación, uno de los derechos sociales esenciales. La lucha de los
trabajadores de Astilleros no es solo por los astilleros y la
industria, sino también por todos los derechos que están siendo
pisoteados por este gobierno”.
Cádiz
parecía ahora más cerca. Pasamos el puente empujados por el viento
y la emoción. La ciudad nos recibía bajo una fina lluvia y el calor
de algunos compañeros y compañeras que se unían a nuestros pasos.
Ante el Hospital Puerta del Mar hicimos la última parada para
demandar una sanidad pública, sin recortes tampoco. En la Plaza
Asdrúbal, decorada con globos y cartelería, nos esperaban con una
gran fiesta de bienvenida que duraría hasta las seis de la tarde,
hora de salida de la gran manifestación. En esa fiesta demostraron
“el talento de la pública”, y actuaron representantes del
alumnado y profesorado. También pusieron su voz nuestros compañeros
de la FRAC.
La
jornada de huelga general finalizó con una gran manifestación que,
partiendo de la misma plaza de Asdrúbal, llegaría hasta la
Subdelegación del Gobierno. Miles de personas - entre 5 y diez mil
según las diferentes fuentes- se sumaron a ella. Lástima que la
presencia de algunas organizaciones, como el PSOE , haciendo gala de
un inmenso oportunismo y de un cinismo aún mayor -al no asumir su
parte de culpa en lo que estamos viviendo, al aceptar e impulsar el
pago de la deuda o los recortes- , nos enturbiaran un poco el final
del día. Pero solo un poco. El balance de esta larga jornada de
movilización es enormemente positivo y viene a consolidar la
presencia y la unidad de acción de quienes integramos Marea Verde.
Todos a una.
¡Gracias
a quienes lo hicisteis posible! ¡A todos y a todas por vuestro
esfuerzo y buen hacer!
Mª
Jesús de León
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